Escuchar. Aprender. Dirigir.

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No importa si eres un pasante, ejecutivo de cuentas, vicepresidente o, incluso, presidente o director general. Las primeras semanas en una nueva compañía son siempre las más emocionantes y las más difíciles. Es como beber agua de una manguera contra incendios en una pista de carreras de alta velocidad. Gente nueva. Nuevos clientes. Nueva misión. Nuevos competidores. Nuevos productos. Nuevos procesos. Es a la vez un sprint y un maratón con poco tiempo para acelerarte.

Por lo tanto, para mantenerte enfocado, tratas de conectarte con cosas que se ven y se sienten familiares. Cuando comencé como presidente y CEO de Ellucian el mes pasado, tuve la suerte de vivir un par de momentos así. Estaba regresando a la comunidad del norte de Virginia donde crecí. Había dejado Oracle Marketing Cloud para venir a una empresa que, junto con sus clientes, está inmersa en su propia transformación hacia la nube. Como hija de dos padres que trabajaron en la educación superior durante toda su vida, tenía una afinidad congénita con este grupo de clientes compuesto en su totalidad por colegios y universidades.

Pero quizás lo que más me ha ayudado a establecer un vínculo significativo con esta nueva empresa es la filosofía que aprendí de uno de mis primeros mentores, y que se ha reafirmado en casi todos los pasos de mi carrera. Para liderar, tienes que aprender. Para aprender, tienes que escuchar. Puede parecer contradictorio para algunos, pero cuando te acercas y tomas el tiempo para hacer preguntas, acortas el proceso de aclimatación y aceleras tu propio tiempo para valorar la experiencia.

Y todavía más, encuentras fuentes de inspiración y estimulación que de otra manera te habrías perdido. Para mí, esa inspiración y emoción han llegado a partir de las respuestas que he escuchado a una pregunta, la más simple de todas: "¿Por qué Ellucian?"

Al hacer esta pregunta a la gente que forma parte de Ellucian, algunos hablan sobre cómo el servir a la educación superior es su propósito en la vida. Algunos describen relaciones significativas con los clientes, que abarcan décadas. Otros se llenan de entusiasmo por los grandes proyectos en los que están trabajando. Muchos están ansiosos por hablar sobre sus hijos, muchos de los cuales están embarcándose en su primer año en la universidad, como mi hijo, Lucas, que ahora regresa para su segundo semestre en la Universidad de Nueva York.

No hay dos respuestas iguales, y cada una expresa una pasión innegable por lo que hacemos y me confirma que estoy en el lugar correcto. Al mismo tiempo, me ha permitido observar tres puntos clave que me llenan de optimismo a medida que me embarco en este nuevo capítulo de mi vida y carrera.

Ellucian reconoce el momento crítico en que vivimos.

En los últimos años, la educación superior ha tenido que enfrentar todas las formas de ruptura, disrupción y cambio de paradigma. Se ha visto en la compleja necesidad de mejorar el rezago en las tasas de retención y graduación. Ha visto cambios sustanciales en el comportamiento del consumidor y la constante exigencia de mejorar la experiencia del estudiante. Al mismo tiempo, las instituciones no sólo enfrentan una mayor competencia en un mercado saturado, sino que están lidiando con la idea generalizada de que la educación superior no ofrece un retorno de inversión favorable al estudiante.

En Ellucian, nuestro personal no desespera ante este panorama disruptivo; por el contrario, lo ve como un momento propicio para la evolución y el crecimiento. Para Ellucian, el rompimiento es que los colegios y universidades ya están preparados para la transformación, y están recurriendo a Ellucian como un socio de confianza para ayudarles a enfocar el rumbo hacia lo venidero.

Ellucian abraza el cambio.

Estamos en la mejor condición para ser ese socio de confianza porque nuestras raíces están en lo profundo del campo de la educación superior y nuestra mentalidad está puesta en la innovación, y esos atributos clave nos llevaron a vivir la disrupción en carne propia, anticipándonos a este momento crítico por el que pasa la educación superior. Con previsión, inversión y aceptación por parte de los empleados y con una increíble capacidad de cambio, Ellucian transformó su propuesta de valor para satisfacer las cambiantes necesidades de nuestros clientes. ¿El resultado?

Nuevas soluciones para la atracción segmentada de estudiantes. Nuevos sistemas para monitorear y mejorar el rendimiento académico. Innovaciones de vanguardia para la gestión de recaudación de fondos. Nuevos análisis de datos personalizados según roles en el campus. Nuevas aplicaciones de Sistemas de Información Estudiantil (SIS, por sus siglas en inglés), recursos humanos y finanzas que agilizan los flujos de trabajo y las operaciones. Todo absolutamente compatible con ecosistemas móviles. Todo listo para la nube. Todo integrado con un modelo de datos y una plataforma tecnológica únicos en su clase, que derriban los silos y permiten el flujo de información en cualquier dirección, en cualquier momento.

Esta es la respuesta de Ellucian ante el cambio de paradigma de la educación superior. Mayor eficiencia. Mejores decisiones. Experiencias mejoradas que mantienen a los estudiantes involucrados y en el camino hacia el éxito.

Tenemos mucho trabajo por delante para garantizar que estas innovaciones tengan un impacto tangible en más campus alrededor del mundo; pero nunca habrían existido si nuestra gente no se hubiera anticipado y adaptado a las cambiantes necesidades de nuestros clientes ni hubiera cambiado el rumbo para conseguir satisfacer esas necesidades.

Ellucian está capacitado para liderar.

Nuestra gente pudo anticipar esa evolución de las necesidades porque se tomó el tiempo para escuchar. Una amplia trayectoria dedicada a trabajar exclusivamente para la educación superior ha resultado en una visión pionera para tomar la delantera y estar preparados ante estos tiempos que corren. Mantener estas relaciones tan estrechas también demuestra nuestro compromiso para construir esa confianza necesaria para guiar a nuestros clientes a través del complejo proceso de la transformación digital.

Nuestra gente se toma el tiempo de entender el entorno, los requisitos y los objetivos únicos de cada institución antes de hacer recomendaciones tecnológicas u ofrecer soluciones a problemas que no existen. Se comprometen cabalmente durante todo el proceso de migración. Se esfuerzan por mantenerse en contacto con el cliente en cada paso del camino. Entienden que el liderazgo requiere comprensión, y que ese liderazgo se necesita ahora más que nunca.

El aprendizaje nunca se detiene.

Tal vez el mayor regalo de todos es que estoy rodeada de personas que creen que la educación superior hace una diferencia en nuestro mundo, y que Ellucian hace la diferencia para la educación superior. Este nivel de respeto por nuestros clientes, junto con el sentido de responsabilidad que implica, significa que nunca terminamos de escuchar y nunca terminamos de aprender. Aprendí la importancia del aprendizaje continuo de mis padres (mi madre, que trabajaba a tiempo completo y recibió su doctorado a los 58 años). Eso es lo que me ha impulsado en toda mi carrera.

Mientras continúo escuchando y aprendiendo de nuestros empleados, socios y clientes, compartiré mucho más sobre el enfoque de Ellucian para ayudar a cumplir la misión de la educación superior durante 2018 y más allá. No puedo pensar en una mejor misión que la de Ellucian ni mejor momento para escuchar, aprender y liderar que hoy. No hay otra compañía que tenga la gente, la pasión y el portafolio de soluciones para permitir a nuestros clientes ser parte del cambio y rediseñar el futuro de la educación en todo el mundo.

Acerca del autor
Laura Ipsen
Laura K. Ipsen
Presidenta y Directora General de Ellucian

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