Repensando la colaboración institucional para impulsar la resiliencia
Repensando la colaboración institucional para impulsar la agilidad en las universidades ecuatorianas
La agilidad institucional se ha convertido en una necesidad imperativa para las universidades. En Ecuador, esta urgencia es aún más pronunciada debido a los rápidos cambios tecnológicos y socioeconómicos. En esta conversación con Wellington Villota, director del Instituto de Investigación e Innovación de Tecnologías y Producción de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, y Orlando Acosta, director de Tecnologías de la Información de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, exploramos estrategias para fortalecer la resiliencia institucional y adaptar las universidades a las megatendencias en educación superior que están impactando al Ecuador.
La resiliencia institucional como pilar fundamental
La resiliencia institucional se refiere a la capacidad de una institución para anticipar, prepararse y responder eficazmente a los cambios y desafíos. Según Villota, “tener una visión unificadora de resiliencia y adaptabilidad a las nuevas dinámicas es crucial para las universidades”. Esto implica no solo una reestructuración de los procesos internos, sino también una alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por el Foro Económico Mundial, donde se destaca el papel crucial de las universidades.
Rediseño de ciclos y sistemas de planificación
Orlando Acosta subraya la importancia de rediseñar los ciclos y sistemas de planificación para mantener un equilibrio entre la urgencia y la misión institucional. Esto se puede lograr mediante la implementación de tecnologías. Acosta menciona que “la transformación digital y la incorporación de nuevas tecnologías deben integrarse en el ADN institucional”. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también libera tiempo y fondos que pueden ser redirigidos hacia la innovación y la mejora continua.
Estrategias para liberar tiempo y fondos
Liberar tiempo y recursos es esencial para fomentar la innovación. Villota y Acosta coinciden en que esto se puede lograr mediante la eliminación de silos institucionales y la promoción de una cultura de colaboración interdisciplinaria. Según Acosta, “es crucial convencer a las autoridades de la importancia de la tecnología en el proceso de transformación”. Este convencimiento permite una mejor alineación entre los planes estratégicos de tecnología y los objetivos institucionales, facilitando así la asignación de recursos de manera más eficiente.
El rol de la tecnología en la transformación institucional
La tecnología juega un papel central en la agilidad institucional. No se trata solo de adquirir nuevas herramientas, sino de entender cómo estas pueden habilitar capacidades específicas para alcanzar los objetivos institucionales. Villota señala que “la tecnología es un medio, no un fin” y que la verdadera transformación viene de una visión clara y unificadora que incorpore estas tecnologías de manera estratégica.
Ejemplos prácticos de implementación tecnológica
En la Pontificia Universidad Católica del ecuador, PUCE, se ha estado utilizando el sistema Ellucian Banner desde 2019, lo cual ha permitido a la universidad adaptarse a nuevas necesidades educativas. Este sistema ha facilitado la coexistencia y transición programada de modelos educativos antiguos y nuevos, demostrando cómo una solución tecnológica bien implementada puede soportar múltiples paradigmas educativos simultáneamente. Sin embargo, como menciona Acosta, “es vital que todos los actores estén alineados en la mejora del proceso” para maximizar los beneficios de cualquier implementación tecnológica.
Flexibilidad y adaptabilidad
La flexibilidad es otro componente clave de la agilidad institucional. Gustavo Piedrahíta, director de Soluciones Estratégicas de Ellucian, destaca que la flexibilidad curricular y la capacidad de ofrecer diversos modelos de aprendizaje son esenciales para responder a las demandas cambiantes del mercado laboral y las expectativas de los estudiantes. Piedrahíta menciona que “es crucial entender qué problemas se quieren resolver y cómo la tecnología puede habilitar esos planteamientos”. Esta flexibilidad no solo se aplica a la oferta educativa, sino también a cómo las universidades gestionan sus recursos y procesos internos.
Colaboración y consenso
La colaboración y el consenso son fundamentales para lograr una verdadera agilidad institucional. Villota y Acosta enfatizan la importancia de trabajar en equipos multidisciplinarios y de involucrar a todos los actores relevantes en el proceso de toma de decisiones. Esta colaboración no solo enriquece el proceso, sino que también asegura que las soluciones desarrolladas sean integrales y efectivas.
Desafíos y recomendaciones
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las universidades es el de migrar de sistemas personalizados y arraigados a soluciones de clase mundial que incorporen mejores prácticas globales. Villota recomienda tener una “visión unificadora de resiliencia y adaptabilidad” para facilitar este proceso. Además, Acosta subraya la necesidad de un consenso claro sobre los objetivos y las expectativas de cualquier nueva tecnología implementada, lo que requiere una comunicación efectiva y una participación activa de todas las partes interesadas.
La agilidad institucional es esencial para las universidades ecuatorianas. La combinación de una visión clara, la implementación estratégica de tecnología, la liberación de recursos para la innovación y una cultura de colaboración son elementos clave para lograr esta agilidad. Como demuestran Villota y Acosta, con un liderazgo comprometido y una planificación cuidadosa, las universidades pueden no solo sobrevivir sino también liderar el camino hacia el futuro de la educación superior.